Deambula a sus anchas, pero nunca se va, siempre presente se siente atraído por el caos de un planeta al que pertenece, del que nace y se alimenta pero nunca muere, incluso cuando el planeta deje de ser real, seguirá existiendo junto a él, como una idea, un éter imaginario que solo habite en la mente de ciertas personas, en algún libro, cuadro quizás, en alguna fotografía anónima...existirá indirectamente.
El satélite observa paciente, en su centro tiene un enorme agujero negro, si alguna idea anda lo suficientemente cerca es succionada, arrastrada por el universo hacia otras dimensiones. Hay quien crea una galaxia alrededor del satélite y llega a otorgarle la categoría de planeta al mismo, craso error, ególatra y absurdo automisticismo. En excesos se crean eclipses de estupidez, el satélite se crece si el planeta le da de comer, tanto que puede llegar a tapar los pocos rayos de lucidez que ya de por sí recibe.
Embriagadas de ego, las células que componen al planeta se sumen en la oscuridad, su aura se tiñe de negro y sucumbe a un espejismo falso de si mismo, tan real que llega a ser brillante, el espejo refleja un rayo de luz negra que se torna de un morado fosforito, nunca se vió algo tan espectacular basado en tal innata ironía.
No hay blanco o negro, el todo o la ausencia del todo es impensable en nuestra naturaleza porque todos tenemos un satélite que completa nuestra esencia impura de por sí, perfecta en la imperfección.
A veces un rayo procedente de un espejo imaginario tan bien creado que ha cobrado forma físicamente nos ciega momentáneamente, a veces ese momento es el conjunto de momentos de años o solo meses, por eso hay que usar gafas, no es oro todo lo que reluce, pero sí reluce todo lo que es oro, como una sonrisa sin gato, jamás habrás visto tal cosa, pero sí un gato con sonrisa, aunque sea poco común.
Los satélites, son lo que son, no hay que darle mas importancia de la que tienen, ni creer que son mas grandes de la cuenta, mira por el conjunto de lentes pesadas y cuidadosamente calibradas que conforman un telescopio y haz como el satélite, observa la magnitud del universo y lo pequeños que somos, la cantidad de planetas que hay con su satélite correspondiente y no, no estaba hablando de astrología.
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