jueves, 9 de mayo de 2013

Cerca, muy cerca...

...tanto que oiga con completa claridad el sonido de tu respiración, tanto que sienta tus miedos y tus aspiraciones como si los soplaras en un susurro sin ondas, tanto que huela tu ser, el perfume único e individual, intransferible de cada persona, en este caso tú. Me gusta. Dos compases definidos con blancas a ratos y semicorcheas a otros, el sonido de tu respiración, el metrónomo, con las blancas se oye menos, como si te rozase una pluma, fina y suave, tu espina dorsal se estremece a su tacto, como si de verdad existiera ese simple roce, aunque en irrealmente si que existe.
Corcheas en un 2x2 pero con la cercanía se puede llegar a transformar en un 4x16, la clave de fa es testigo de ello y sus dos puntos los ojos que lo afirman.

Mis sentidos se acentúan tanto que ahora voy en el bus oliendo el olor a menta del chicle de la hija de puta que no para de puto mascar como una niña pequeña repelente en el asiento de atrás, me cambio de sitio, mierda, explota el globo de chicle, ¿me está vacilando? Instintos asesinos en 3, 2...pero volveré a lo que decía...el sonido se vuelve molesto cuando estoy a tu lado, pero si estas lo suficientemente cerca me vuelvo sorda y parece un pentagrama mudo que grita en mi interior con una melodía indescriptible, pero desaparece cuando tu te alejas, cuando el momento se acerca siento como las siete líneas van desapareciendo una a una, desintegrándose. Hay veces que se esfuman de golpe haciendo que no sepa donde estoy, pestañeo y dos bip bip después estoy sola. Valientes despedidas nada intimidadas, siempre fugaces ya que provocan un giro temporal, el tiempo se revela contra el espacio y el reloj se chiva al mismo haciéndole correr hasta alcanzar al espacio y andar a la par, el espacio no dice nada, mudo como siempre, ya le ajustará las cuentas...

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